Este es el municipio de Nariño, cuyo alcalde y personero tuvieron que dejar el pueblo por amenazas; concejales y líderes analizan hacer lo mismo

Desde el exilio y desplazados, el alcalde de Ricaurte, Ricardo Benavides, y el personero de la misma localidad, Diego Rosero, cumplen con sus funciones y con la responsabilidad que juraron al asumir sus cargos, aunque con la gran incertidumbre de no saber cuándo podrán regresar a su terruño.

Pero no solo el alcalde Benavides y el personero Rosero tuvieron que dejar su pueblo de manera intempestiva, tras recibir amenazas, también estarían pensando hacer lo mismo seis concejales, y algunos líderes indígenas y sociales que buscan por encima de todo salvar sus vidas.

En este municipio del pie de monte costero de Nariño, con más de 20.000 habitantes y localizado a 142 kilómetros de distancia de la ciudad de Pasto, la violencia se pasea por sus calles, veredas y corregimientos y el miedo cada día se apodera de sus pobladores, en su mayoría indígenas del pueblo awá.

El alcalde Benavides confesó que despacha desde la capital de Nariño con la dificultad que implica desde la distancia impartir instrucciones a los funcionarios de la Alcaldía municipal, al igual que diseñar los proyectos y las iniciativas orientadas a no paralizar la administración pública y no dejar de atender a las comunidades que votaron por él.

“Yo estoy despachando desde la ciudad de Pasto, hace casi un mes que no he podido volver a mi pueblo, intenté hacerlo hace como tres semanas, pero casi me hacen un atentado”, dijo y reconoció que aunque aún no ha recibido amenazas directas, si han sido a través de las redes sociales.

Cuando no se encuentra en la capital de Nariño, permanece en Bogotá adelantando gestiones ante ministerios y organismos oficiales en favor del municipio.

Aunque tiene su esquema de protección personal, piensa que no es garantía suficiente para su seguridad.

“A mí toda la gente y amigos me dicen tenga mucho cuidado, la situación en el pueblo está horrible, anda mucha gente rara que uno ni conoce”, recalcó.

Comentó que desde los recientes asesinatos de los líderes indígenas Tomás Guanga y Aurelio Araujo con dos de sus escoltas, pero cuyas investigaciones no avanzan, la violencia y la inseguridad en Ricaurte se han disparado.

Lo que el funcionario no acaba de entender es no obstante la reciente entrega de armas por parte de los integrantes de 'Comuneros del Sur', tras acogerse el año anterior al proceso de paz territorial del Gobierno Nacional, la situación de seguridad en el municipio en vez de mejorar ha empeorado.

“Desde que se hizo ese anuncio en el vecino municipio de Mallama hay demasiada gente rara, ahora hay mucha delincuencia, se ve gente armada que uno no conoce”, advirtió.

Sin embargo, el alcalde saca su propia conclusión sobre el particular: “Si hay un grupo armado que va abandonar la zona y aún persisten los cultivos de uso ilícito y la minería ilegal, eso es obviamente un fortín para otros grupos y organizaciones criminales que derivan su sustento de las rentas que dejan esas actividades”.

Aún cuando, no descarta que la violencia se haya desatado por asuntos políticos, detrás de los cuales estarían personas que buscan aprovechar en río revuelto para lanzar panfletos y poner a circular comentarios y versiones entre la gente y en las redes sociales.

Dijo que al parecer las disidencias de las Farc y las Autodefensa Unidas de Nariño, Aun, serían los factores desestabilizadores de la seguridad en su municipio, por lo que solicitó a las autoridades un consejo extraordinario de seguridad para analizar la grave situación.

La misma situación que vive el alcalde Ricardo Benavides, también la está soportando el personero Diego Rosero Padilla, quien desde el pasado 29 de julio tomó la decisión de salir de Ricaurte y despachar, también, desde la capital de Nariño.

“Lastimosamente, tuve que salir por recomendación de mi esquema de seguridad, uno presume de la buena fe pero es mejor tomar unas medidas de preocupación”, aseguró.

Además, reconoció como lo hizo el alcalde, haber recibido amenazas lo que le generó una gran preocupación tanto a él como a su familia.

“Si, yo recibí unas amenazas debido a eso tuve que salir del municipio, la Fiscalía ya tiene conocimiento de eso, ese es mi deber como agente del ministerio público”, enfatizó luego.

Recoció que fue una decisión muy difícil de tomar al ocupar tan importante cargo, ya que en el pasado se había presentando en tres oportunidades para llegar a la personería, ahora, lamenta mucho el tener que llegar a un lugar extraño para cumplir con sus obligaciones.

Para ello tuvo que habilitar un canal virtual porque la Procuraduría General de la Nación le recomendó seguir laborando las ocho horas diarias y mantener un contacto con la gente a través de distintas plataformas, con el fin de ofrecer asesoría en temas como declaración de víctimas y atender otras inquietudes.

“En este momento, yo desconfío de todas las personas. Me vi obligado a abandonar mi municipio hasta que se tomen por parte de las autoridades las medidas de seguridad para yo poder retornar a mi lugar de trabajo”, anotó.

MAURICIO DE LA ROSA 

Especial para EL TIEMPO

Pasto