¿Por qué Arquidiócesis de Cali y ONU no intervinieron al final de liberación de Lyan? Revelaciones sobre el pago
Mamá de Lyan habló tras la liberación del niño. Foto:Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO

Desde el pasado 3 de mayo, cuando el pequeño Lyan fue secuestrado por cinco hombres con fusiles que irrumpieron en su vivienda en un conjunto residencial en zona rural de Potrerito, corregimiento de Jamundí, comenzaron acercamientos para la intervención de la Misión de Verificación de las Naciones Unidas (ONU) y de la Arquidiócesis de Cali.
'La misión era una liberación sin condiciones'
Todo, con una orientación de una misión de carácter humanitario, esto significaba, de acuerdo con el sacerdote Diego Guzmán, director de la Pastoral Social. "El énfasis era ese, el trabajo humanitario", señaló el sacerdote a EL TIEMPO, al manifestar que en las últimas dos semanas, esta misión tuvo dos o tres comunicaciones con el grupo que mantuvo al niño de 11 años cautivo en zona rural de Jamundí.
Mamá de Lyan habló tras la liberación del niño. Foto:Juan Pablo Rueda. EL TIEMPO
"La Arquidiócesis de Cali junto a la misión de verificación de las Naciones Unidas en Colombia manifiestan su rotundo rechazo por el secuestro del menor, el pasado sábado 3 de mayo, en el municipio de Jamundí. Como organizaciones que trabajan por la paz reiteramos que la libertad es un derecho inviolable que nada ni nadie puede coartar", decía un comunicado suministrado por la misma Arquidiócesis, cuando los miembros de esta misión se pusieron a disposición para lograr una liberación sin condiciones.
Este estamento y la misión de la ONU vienen mediando para lograr la liberación del niño.
"El respeto al Derecho Internacional Humanitario (DIH) es una obligación ineludible para todos. Hacemos un llamado por el fin del secuestro y de toda afectación a la vida y a las libertades de los niños y niñas y su uso en los conflictos armados", señalaba el comunicado oficial.

Liberación a Lyan José Hortúa, niño secuestrado en Jamundí. Foto:
"Nos ponemos a disposición para facilitar una entrega humanitaria del menor y que pueda retornar lo antes posible con su familia, a quienes expresamos nuestra solidaridad". Ese era el documento que daba por hecho la mediación humanitaria de la ONU y de la Arquidiócesis de Cali.
Habla Diego Guzmán, director de la Pastoral Social
Según el sacerdote Guzmán, los secuestradores hablaron por videollamadas para conocer el estado del niño.
Sin embargo, "en la última semana se quedaron en silencio y no volvieron a hablar, de hecho, por eso estábamos haciendo gestiones, ruidos mediáticos, clamores, pronunciamientos, como una forma de presionar una búsqueda, una salida humanitaria a esta situación", dijo el sacerdote, quien manifestó que la misma misión se mostró sorprendida por la liberación con la Defensoría, porque en estos días prevaleció el silencio de los secuestradores.
"Hasta ayer (21 de mayo) que apareció la Defensoría. Hasta a nosotros nos sorprendió porque llevábamos más o menos casi una semana en silencio", dijo el sacerdote.
Liberación del niño de 11 años que había sido secuestrado el 3 de mayo de 2025. Foto:Defensoría del Pueblo
Añadió que antes de ese silencio: "Hubo unos tres acercamientos y conversaciones, en los que manifestamos que nuestra disposición era la de una salida humanitaria y ellos en ese sentido nunca nos dijeron ni sí ni no, y también preguntamos el tema de la condición de salud del niño, en eso ellos nos aseguraban que el niño estaba bien, que estaba en buenas condiciones de salud, pero no salimos de esa situación y siempre estuvimos disponibles para generar cualquier salida humanitaria hasta la última oportunidad que hablamos con ellos y ya hubo silencio".
Sobre la exigencia del pago de una cuantiosa suma, presuntamente por una deuda de la familia, el sacerdote dijo que nunca los secuestradores hablaron de ese tema con la misión humanitaria.
"Nunca, la Misión de Verificación de Naciones Unidas y de la Iglesia es humanitaria, somos entes humanitarios, entonces nuestra disposición era a buscar salidas humanitarias, ya otro tipo de salidas, otro tipo de motivaciones, en eso nosotros no participamos porque esa no es nuestra vocación", dijo el sacerdote.
Padrastro de Lyan Hortúa se pronunció tras la liberación del niño. Foto:EL TIEMPO
Agregó: "Pensamos que íbamos a ir dando esos pasos, pero llegó un momento en que ya hubo silencio y ya la misma ONU y nosotros dijimos, no, pues aquí ya no podemos hacer nada más porque no nos dicen nada" .
Señaló que la misión humanitaria planteó esta situación el pasado viernes 16 de mayo.
EL TIEMPO conoció que hubo pago de un cuantioso rescate (entre 4.000 y 5.000 millones de pesos, sin embargo, se habla de un grupo diferente de los disidentes de las Farc del frente 'Jaime Martínez'. Este grupo sería de narcotraficantes que operan en el centro del Valle del Cauca.
La familia y los jamundeños se manifestaron en contra del secuestro. Foto:Juan Pablo Rueda - EL TIEMPO
Según el sacerdote Guzmán, el grupo no se identificó como tal porque su misión era la liberación del niño sin condiciones. Asimismo, el clérigo dijo que no hubo contactos con la familia ni la Iglesia conocía sobre el presunto cobro de dinero. Al parecer, tanto la madre de Lyan, Angie Bonilla, y el padrastro del niño, Joshua Suárez, se mantuvieron aparte.
¿Deuda con 'Diego Rastrojo'?
EL TIEMPO conoció que en efecto hubo pago para lograr la liberación, entre 4.000 y 5.000 millones de pesos, pero en esta historia aparece un nuevo actor armado: un grupo bajo el mando de 'Diego Rastrojo' por una presunta deuda que habría querido cobrar a la familia del niño. En esta historia surgió el nombre de alias Mascota, quien tenía fuertes vínculos con la familia del menor secuestrado. 'Mascota' fue asesinado en 2013, cuando se encontraba en el sur de Cali.
Esta deuda habría sido cobrada directamente al padrastro del niño, Joshua Suárez, al momento de ir por él el pasado 3 de mayo. En esto coincide la información de la Policía Metropolitana de Cali. Los hombres de fusiles iban por el padrastro, pero este estaba en el segundo piso y cuando subían a ese nivel hubo disparos por parte de Suárez para defenderse. Sin embargo, el niño quedó en el primer piso con una mujer que le ayudaba a la familia en oficios varios. Se dijo que era la niñera. Ambos fueron secuestrados y la mujer fue liberada después.
Posteriormente, vino la intervención de la familia con el pago exigido por los secuestradores. En esa intervención habrían mediado Jesús Antonio Cuadros y una mujer. Cuadros es primo del padrastro del niño.
Sin embargo, el día de la liberación de Lyan, el padrastro aseguró ante medios de comunicación, entre ellos, EL TIEMPO, que ni su familia ni él tenían deudas con grupos ilegales. Afirmó que es comerciante, que su familia trabaja en una empresa que manejan hace unos 12 años.
CAROLINA BOHÓRQUEZ
Corresponsal de EL TIEMPO
Cali
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