ONU Derechos Humanos había reclamado una mayor protección a líderes indígenas en el departamento de Nariño

ONU Derechos Humanos un día antes del vil asesinato del coordinador general de la organización indígena Cabildo Mayor Camawari en el municipio de Ricaurte, Nariño, Aurelio Araujo Hernández, había hecho un llamado a la Unidad Nacional de Protección, UNP, a mejorar la protección individual y colectiva con enfoque étnico.

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La escena del crimen en la vereda Cuaiquer Viejo era horrible y dantesca, los tres cuerpos estaban incinerados y el carro de la UNP que se le había asignado al líder indígena quedó totalmente destruido por las llamas que prendieron los atacantes, al parecer, integrantes de un grupo armado ilegal.

“Llamamos especialmente a la Unidad Nacional de Protección, UNP, a fortalecer medidas de protección individuales y colectivas, incorporando los enfoques étnicos, de genero y territorial”, había advertido el organismo internacional.

“Llamamos al Estado a adoptar las medidas eficaces y pertinentes con relación a la protección de la vida e integridad del pueblo Awá”, recalcó.

En el departamento de Nariño aumentaron las voces de repudio y rechazo tras el triple homicidio.

La misma sensación de ONU Derechos Humanos la tuvo la Unidad Indígena del Pueblo Awá, Unipa, cuando en un comunicado señaló que no hubo la protección eficaz y oportuna a favor de Luis Aurelio Araujo, en su desplazamiento por un resguardo indígena ubicado en zona rural de Ricaurte, en Nariño.

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Precisó además que este crimen representa un grave atentado contra la integridad, el tejido cultural, social y organizativo de las comunidades indígenas, lo que pone en alto riesgo la autonomía y el buen vivir en el territorio ancestral.

“Exigimos al gobierno de Gustavo Petro acciones inmediatas y contundentes que garanticen las condiciones de seguridad de nuestras autoridades, comunidades y pueblo Awá en general”, agregó.

A su turno, la Organización de Resguardos Indígenas del Pueblo Awá del Pacífico, Oripap, se sumó a las voces de rechazo por el asesinato del líder indígena y cuestionó la propuesta de paz total del actual Gobierno Nacional.

“No podemos seguir dándole legitimidad a un proceso de paz, que desde un discurso político e institucional habla de un remanso de paz que no existe en los territorios, porque seguimos siendo víctimas de esta guerra sistemática”, anunció.

El alcalde del municipio de Ricaurte, José Ricardo Benavides, calificó como una tragedia el homicidio de Araujo y del personal que hacía parte de su esquema de seguridad, y solicitó se esclarezcan pronto las causas y autores del lamentable episodio de violencia.

“Esta lucha no parará jamás, si no le pone cuidado el Gobierno Nacional con acciones concretas de paz en nuestro municipio y en Nariño”, agregó el funcionario.